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Iñaki Astaburuaga tiene 24 años, 15 menos que Rodrigo Sánchez. Difícilmente deberían haberse encontrado en la vida, pero por esas cosas que solo entrega el fútbol, son amigos y mantienen vivo el sentimiento hacia Dinamiteros, una de las instituciones históricas en la Liga San José. Sánchez, uno de los que fundaron el club hace 20 años, dejó las canchas hace un buen rato, pero se mantiene atento a las generaciones de recambio. Cuenta que el nombre del club viene de un juego de palabras sacado de una vieja rutina de Che Copete y que el color naranja de la camiseta es porque la primera indumentaria que consiguieron fue la de recambio que usaba en ese tiempo el Udinese de Italia. “Más que la competencia, Dinamiteros era juntarnos con los amigos del colegio a jugar a la pelota, a reírnos, a quedarnos al tercer tiempo, donde no faltaba el asado. El Colegio San Benito es súper aclanado, entonces el club era la oportunidad de pasar un rato entretenido con los amigos en la liga y de juntar a varias generaciones”, dice Sánchez.
Astaburuaga explica que lo que convoca a la generación actual también es “la amistad, el gusto por el fútbol y la buena onda. Lo que caracteriza al equipo es la calidad de sus jugadores y una tradición de 20 años”. Como hito fundamental en la historia del club, Astaburuaga menciona el ascenso a Primera División el semestre pasado en la Liga San José. Sánchez, en cambio, recuerda uno más antiguo: cuando tenían un arquero al que le decían Ewok. “Le podían hacer un gol de globito desde la línea del arco, pero nadie más quería ponerse los guantes”, bromea.
En Dinamiteros ya no solo hay ex alumnos del San Benito o amigos de esos ex alumnos. Astaburuaga menciona también a los que vienen del Everest y de otros colegios. El plantel ya suma 30 jugadores y se reúnen tres veces en la semana para entrenar y preparar los partidos.